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20 Mi campamento está destruido,
todas las cuerdas están rotas.
Mis hijos me han abandonado,
¡ya no existen!
Ya no hay quien vuelva a plantar mis tiendas,
quien vuelva a extender sus lonas.

21 —Los jefes de este pueblo son necios;
no buscan al Señor.
Por eso han fracasado
y todo su rebaño está disperso.

22 ¡Atención! ¡Llega una noticia!
De un país del norte viene un gran estruendo
que va a convertir las ciudades de Judá
en un desierto donde sólo vivan los chacales.

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